Hace casi 20 años un grupo de músicos portugueses decidió explorar territorios ligados a su propia tradición, formas musicales cálidas y de mayor lirismo. Pedro Ayres Magalhães, entonces guitarrista del grupo Herois do Mar, y Rodrigo Leão, bajista de la banda Sétima Legião, buscaban "otro tipo de música" en largas sesiones de ensayos. Una noche de octubre de 1986 entraron a un bar del Bairro Alto de la ciudad de Lisboa, una mujer cantaba un tradicional fado… era la voz que los amigos necesitaban, la que buscaban para interpretar su original repertorio de canciones. El fado es un género musical tan indefinible como el estado emocional que en portugués se llama Saudade. Pariente del tango, pero más sutil, fue el fado lo que unió esa noche de octubre de 1986 a Teresa Salgueiro, de apenas 17 años y vocalista de un grupo de rock, a Pedro Ayres Magalhães, Rodrigo Leão, José Peixoto y Gabriel Gomes. Con ellos ha desarrollado su carrera musical iniciando un viaje, que según la cantante "algún día tendrá que acabar pero espero que sea lo más lejos posible".
Los músicos y la cantante comenzaron sus ensayos a finales de 1986 en un ala del convento Madre de Deus de Lisboa. Poco a poco los ensayos se convirtieron en sesiones de trabajo colectivo compartidas por amigos. Al grupo todos comenzaron a llamar MADREDEUS.
La música de Madredeus empezó a circular en cassettes, se trataba de pruebas realizadas con la intención de presentarlas a las disqueras. El material llegó a manos de Miguel Esteves Cardozo, entonces joven escritor y periodista, quien a través de un texto publicado en el semanario Blitz, da a conocer al público a ese misterioso grupo que hace canciones de noche en el viejo convento de Madre de Deus.
El primer concierto de Madredeus marcó el rumbo, un cortocircuito impidió que el grupo usara amplificadores. Su música cobró entonces el carácter que la distingue, esa fuerza íntima de lo acústico que estremece, ideal para la privilegiada voz de Teresa Salgueiro.
Las razones del éxito de un grupo como Madredeus son muchas, la primera es su originalidad. Cuando la tradición se recupera y se le dota de un nuevo sentido se crea una obra original y de fuerte raigambre. Una imagen afortunada para describir la obra musical de Madredeus es que lanzan discos como barcos que son lanzados al mar. El viaje de estas naves musicales con bandera de Madredeus, comenzó al inicio de la década de los 90 con “Existir”, continuó en 94 y 95 con “Espíritu da Paz” y se afirmó definitivamente a nivel mundial con la carabela latina y fantástica llamada “O Paraíso”.
Mucho del mar y su nostalgia, también del romanticismo de Lisboa y de la musicalidad del portugués están presentes en las canciones de Madredeus. Canciones que cautivaron al realizador alemán Wim Wenders, que realizó la película: “Lisbon Story”, cuyo elemento central son los viejos sonidos y la música que encierra aquella ciudad: pasión de maderas y cuerdas, la simple belleza de la voz humana y su canto… a Madredeus correspondió, como era lógico, la banda sonora.
Otra de las razones del éxito de Madredeus es la distancia que su música guarda con la estridencia de cada día, con el escándalo y los agobios cotidianos. Vale decir que esta es música para escucharse en paz.
”Obrigado” es el primer disco en solitario de Teresa Salgueiro, en el que se reúnen algunos de los duetos que la cantante ha realizado durante su carrera, desde su colaboración con Maria Joâo en el lejano 1991, hasta sus más recientes presencias con Caetano Veloso y Carlos Maria Trindade.
Se trata de un álbum integrado por catorce duetos que la mágica voz de Madredeus ha recopilado y que fueron grabados junto a grandes figuras del mundo de la música en los últimos años. Entre las 14 pistas de “Obrigado” se incluyen tres temas inéditos, grabados entre 1990 y 2005. Algunas joyas como “Haja o que Houver” y “Manha de Carnaval” con José Carreras, el “María Solina” con Carlos Núñez, un tema en italiano con Angelo Branduardi y colaboraciones con el acordeonista japonés Coba, el compositor italiano Aldo Brizzi, o el brasileño Caetano Veloso.
“Obrigado”, según Teresa Salgueiro, supone un "un viaje en el tiempo y en el espacio, un disco sin fronteras".
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